Todo lo que tienes que saber sobre créditos rápidos

Sin duda, una de las consecuencias más palpables y dramáticas de la crisis económica que asoló nuestro país hace una década ha sido el endurecimiento de las ya estrictas reglas de la banca tradicional a la hora de conceder créditos. En este sentido, se observa que pese a la mejoría de los datos económicos y a las excepcionales facilidades que el Banco Central Europeo puso al sector financiero para estimular la circulación de crédito, muchos de nuestros bancos de siempre no han hecho sino volverse más rígidos en cuanto a sus exigencias para facilitar préstamos a pequeños ahorradores.

De esta manera, muchos de los que acuden a sus sucursales de siempre a pedir ayuda para resolver un imprevisto o para alcanzar un sueño, se vuelven a casa con las manos vacías. Y, cada vez más, es este tipo de perfil el que acaba optando por acudir a los préstamos rápidos, ya que son los únicos que permiten al ahorrador acceder a un préstamo en poco tiempo y sin necesidad de proveer una garantía o aval.

Los créditos rápidos son instrumentos financieros que se han popularizado en los últimos años precisamente por las características antes citadas. Además, el empuje de las nuevas tecnologías ha supuesto un gran espaldarazo a este sector, ya que se basa en su mayor parte en portales online y telefónicos. Su funcionamiento es bastante sencillo y muy conocido. Ante todo, se trata siempre de cantidades pequeñas de dinero.

En segundo lugar, la clave está en que, a cambio de la rapidez y sencillez del trámite, estas entidades cobran mayores tasas de interés y comisiones. Por eso acostumbran a ser un recurso más habitual entre personas que pasan por una situación económica poco holgada y que necesitan, de forma puntual, una cierta cantidad de dinero. Por otra parte, su funcionamiento online hace que a estas empresas acudan más clientes de un perfil relativamente más joven que el que frecuenta la banca tradicional.

Son numerosas las empresas que como Freezl permiten solicitar cantidades que oscilan entre los 50 y los 1000 euros. En cuanto al perfil del cliente habitual de este tipo de servicios, la tendencia entre los usuarios a la hora de acudir a este tipo de recursos parece ser como respuesta a una emergencia, más que para la satisfacción de algún pequeño capricho. En este sentido, los expertos recomiendan que el uso de este tipo de créditos sea fruto de una reflexión concienzuda y sosegada, y solo cuando su empleo esté justificado por una circunstancia puntual que no nos permita alcanzar a solventar un determinado pago. A este respecto, no hay que olvidar que el montante de los intereses puede incrementarse con el tiempo bajo determinadas circunstancias. También aconsejan leerse bien la letra pequeña de cualquier contrato que se contraiga a través de una firma o de internet, así como formular al agente que nos atienda todas las preguntas que se consideren necesarias. Al final, como en casi cualquier sector de nuestras vidas cotidianas, se trata simplemente de hacer un uso moderado e inteligente de este servicio financiero.

Acerca del autor

Noelia Armiñas

Soy periodista en Valencia-Madrid. Me encanta la tecnología.

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