En 2017, la enorme relevancia mediática que adquirieron ataques como WannaCry o Petya/GoldenEye convirtieron a los ataques de Ransomware en una de las principales tendencias del pasado año a nivel empresarial.
Desde Panda Security ya alertamos meses atrás del auge del cryptojacking como nueva amenaza para las empresas, dados los numerosos recursos informáticos que se concentran en ellas.
A través de malware, los ciberdelincuentes son capaces de aprovechar parte del poder de procesamiento de un dispositivo para minar criptomonedas de manera encubierta, sin que la víctima detecte más que un funcionamiento ralentizado del equipo, que seguramente achacará a un motivo ajeno a un ciberataque.
Los datos en 2018 revelan en España un aumento en más de un 4.000% del número de ataques de cryptojacking en el ámbito de la Administración Pública, mientras el número de casos de ransomware ha experimentado una caída de un 2% en este mismo periodo, de acuerdo con datos del CNI.