El trabajo a distancia encuentra reticencias en muchas empresas y directivos. La productividad es uno de los factores que más se tienen en cuenta, pero no es el único importante.
La ausencia de un empleado en la oficina puede influir en el resto de compañeros y tener un impacto negativo en el concepto de equipo. Pero si se gestiona correctamente, el trabajo a distancia no perjudica el entorno profesional, y por el contrario permite mantener la relación laboral. La tecnología ayuda a minimizar este problema.
Como empresa, es útil proporcionar herramientas que permitan una conexión continua: herramientas de flujo de trabajo como Trello o Basecamp, herramientas de mensajería instantánea como Slack, herramientas de audio y video de alta calidad como Skype for Business y Polycom y herramientas tradicionales como el correo electrónico y el móvil.
Podemos hacer referencia al informe de Conference Board, que señala que estas tecnologías transforman el trabajo “en una actividad móvil y a distancia” independientemente de la ubicación del profesional.