La industria del automóvil esté centrada en los coches autónomos y las energías limpias, pero eso no impide que se ponga empeño en creaciones cuya prioridad sea, ya no sólo un diseño sorprendente, sino un material.
¿Coches de metal? Demasiado convencional para Joe Harmon, que tras años de trabajo ha construido un coche de madera completamente funcional: Splinter.
El ingeniero es sinónimo del empeño que ponemos en ocasiones en materializar ideas, dado que este curioso coche es fruto de un trabajo de ocho años entre planteamiento y fabricación.
Porque no, no se trata sólo de que en vez de chapa lleve madera, aquí hablamos de haber aplicado la madera en todo lo posible, teniendo en cuenta además que hay un motor de combustión dentro.
Joe Harmon inició este curioso proyecto tras graduarse en la Universidad en Carolina del Norte. La idea de un coche de madera que pueda conducirse ha tardado ocho años en ser una realidad.