La compañía implantará en las inmediaciones del aeropuerto de la capital una estación que contará con un radar primario y otro secundario. La precisión y seguridad que ofrece este sistema hará posible reducir la distancia de separación entre aeronaves, aumentando con ello la capacidad del aeropuerto de Bucarest.
Asimismo, Indra dotará a los aeropuertos internacionales de Cluj-Napoca y Bacu con sendos radares secundarios, que incorporarán la tecnología más avanzada en identificación de aeronaves (modo S), elevando con ello los niveles de seguridad y agilidad en el control del tráfico.
Indra se ha hecho con este contrato después de que ROMATSA le confiase anteriormente un ambicioso proyecto que contempla la modernización del centro de control de ruta de Bucarest y de otros cuatro centros de aproximación. Este proyecto observa además la renovación de los sistemas de gestión de tráfico aéreo en un total de 15 torres de control aéreo.
Estas instalaciones dispondrán de sistemas que incorporan los últimos avances en gestión del tráfico por trayectorias 4D, interoperabilidad y predicción de conflictos. Las mejoras facilitarán la labor del controlador aéreo, descargándole de tareas repetitivas y permitiéndole concentrarse en labores de planificación táctica. Esto ayudará a que el tráfico sea más fluido y ordenado, al poder resolverse un buen número de problemas antes de que lleguen a producirse.
Este tipo de mejoras cumplirán además con los requisitos fijados por el consorcio SESAR JU, responsable de la implementación del Cielo Único Europeo (SES, por sus siglas en inglés). De este modo ROMATSA se situará entre los proveedores de navegación aérea europeos más avanzados y podrá ofrecer a las aerolíneas una gestión más eficiente y flexible del tráfico aéreo.