Todos sabemos que los ciberataques centran mucho su atención en redes sociales como Facebook, Twitter e incluso LinkedIn.
Pero cuidado: cada vez es más frecuente que se lleve a cabo una selección más efectiva y precisa de las víctimas haciendo uso de técnicas que utilizan datos recogidos por la geolocalización, la automatización o el profiling que no necesitan de la intervención humana.
Al igual que en el caso de los ataques al correo electrónico o la mensajería instantánea, en las dos primeras generaciones de ataques a redes sociales los ciberdelicuentes intentaban llegar a un enorme número de usuarios.
Esperan que un pequeño porcentaje de ellos “cayera en sus redes”. El gusano Koobface, el spam a través de Twitter y las bots porno son ejemplos de esta técnica.
Los distintos ataques de Koobface han infectado a millones de usuarios de Facebook y ha llevado a cabo un par de campañas bastante efectivas en Twitter.