Tras las explosiones aleatorias ocurridas durante los últimos años, ha disminuido considerablemente la confianza en la seguridad que ofrecen las baterías de smartphone. En consecuencia, las aerolíneas han instaurado severas restricciones para su transporte y ha aumentado notablemente la preocupación de los consumidores.
A pesar de la inquietud pública, el incremento del consumo de contenidos a través de los teléfonos hace que la capacidad de las baterías vaya a seguir creciendo durante los próximos años, ya que la autonomía es uno de los factores más deseados por la gran mayoría del público.
La razón por la que las baterías de iones de litio pueden llegar a explotar es la gran saturación de energía que contienen. Si el circuito está mal aislado y ocurre un cortocircuito, el dispositivo se calienta excesivamente durante la carga o se sobrecarga la batería, puede suceder una reacción en cadena denominada “aluvión térmico”, con el efecto potencial de llegar a explotar.
Lo cierto es que las baterías de smartphone pueden llegar a ser peligrosas, especialmente aquellas de más alta capacidad.
Pero a pesar de esto, prevenir accidentes es relativamente sencillo, tal y como prueban los fabricantes de smartphones año tras año. En particular, la serie ASUS ZenFone Max ha dado una respuesta ejemplar a la creciente demanda de autonomía de batería.