La movilidad tiene gran importancia sobre la calidad de vida. El tiempo, el costo y la energía necesarios para desplazarse hasta el trabajo u otros sitios tiene gran impacto sobre tu rutina. Expertos apuntan que la movilidad multimodal es el futuro de las ciudades, con viajes en bicicleta, a pie, en vehículos cero emisiones y compartidos.
La evolución de los grandes centros urbanos y de la industria automotriz buscan nuevas alternativas de movilidad. Algunos de los más potentes son los vehículos compartidos y los transportes sostenibles. Además de elegir un seguro para autos, ve las ventajas de este tipo de transporte.
Transporte compartido
Hoy, la mitad de la población mundial (3.500 millones de personas) vive en las ciudades. Hasta 2030, la proyección es que esta cifra alcanzará los 5.000 millones. Sin embargo, ocupando solo el 3% de la superficie terrestre, datos de las Naciones Unidas apuntan que en las ciudades se consume hasta el 80% de la energía y se genera el 75% de las emisiones de carbono.
Con el crecimiento de la población mundial y de las economías de diferentes países, las emisiones provenientes del transporte podrían aumentar hasta un 60% para 2050 si no hay políticas para frenar las emisiones de gases contaminantes, según datos del International Transport Forum.
Por eso, los vehículos compartidos son una disrupción necesaria. Y este tipo de movilidad ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos 20 años. El principal motivo para eso es la insostenibilidad del modelo de desarrollo urbano y transporte presente en la mayoría de ciudades del mundo.
Este modelo está basado en el creciente uso del automóvil particular, lo que resulta en congestión, contaminación del aire, la siniestralidad vial, entre otros ejemplos. En el 2000 nació el modelo de coche compartido, y en 2008 hubo la explosión de los teléfonos inteligentes y, con ellos, varios tipos de servicios combinados con tecnología y la preferencia de los usuarios.
La movilidad compartida trae ventajas, como la reducción de la congestión y de las emisiones de gases contaminantes relacionados al tráfico. Otro cambio es la reducción del espacio para estacionamiento público — lo cual puede ser utilizado para aumentar el espacio público con mobiliario urbano para la inclusión en parques, por ejemplo.
Transporte sostenible
Este tipo de transporte apuesta en energías limpias y renovables capaces de reducir el impacto ambiental provocado por la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, con seguridad, accesibilidad y respeto al medio ambiente.
La Unión Europea no fabricará ni venderá vehículos de combustión interna a partir de 2035 y tendrá el sector de transporte neutral en carbono para 2050. Esto requiere de la industria automotriz transformarse.
Algunos ejemplos son los vehículos cero emisiones, que ruedan muchos kilómetros sin emitir contaminación. Hay varios tipos de este tipo de coches, como eléctricos, híbridos, de hidrógeno e híbridos enchufables.
Otros ejemplos de transporte sostenible son: transporte compartido eléctrico, carreteras inteligentes (los pavimentos fotovoltaicos con sistemas de carga, además de elementos como señales de tráfico interconectados a través de 5G) y autobuses eléctricos (que utilizan la energía previamente almacenada en sus baterías). Según datos de las Naciones Unidas, estos vehículos pueden ahorrar aproximadamente 1.400 millones de toneladas de dióxido de carbono y 30 millones de partículas contaminantes.
El transporte sostenible tiene beneficios ambientales, sociales, económicos, urbanos y sanitarios. Al reducir la contaminación ambiental y el ruido, este transporte mejora la salud humana y de otros animales. El transporte eléctrico presenta un mantenimiento más barato y recibe beneficios fiscales.
Ya los vehículos con tecnología ecológica tienen menos componentes, requisitos de sustitución y menos procedimientos. Por fín, esta nueva industria puede desarrollar nuevos puestos de trabajo. Según la proyección del informe Electric Vehicle, las ventas pueden aumentar un 35% en 2023.
La apuesta por la movilidad sostenible y compartida ayuda a transformar las ciudades al reducir la contaminación provocada por los vehículos de combustión, liberar espacios para la creación de parques y áreas peatonales, además de permitir más protagonismo para las bicicletas.
