La Copa del Mundo ha colocado a los aficionados al fútbol en el punto de mira de los ciberataques. Según ha podido comprobar Sophos, (LSE: SOPH), líder global en seguridad para protección de redes y endpoints, desde hace 20 años los ciberdelincuentes se aprovechan de los sentimientos y el interés que despiertan los eventos deportivos globales, como la Copa del Mundo, para lanzar ofensivas que pueden ocasionar desde la pérdida de información, robo de dinero, secuestro de datos hasta ataques más orquestados que podrían tener repercusiones que afecten al funcionamiento de un país.
La manera más fácil para que los ciberdelincuentes accedan a los datos de los aficionados al fútbol es a través de las actividades que éstos realizan de manera virtual, desde ver el fútbol por internet, acceder a páginas de apuestas, descargarse aplicaciones para seguir el mundial, o seguir la actualidad deportiva.
Cuando todavía no se podía tener toda la información en un móvil, los ciberdelincuentes ya habían detectado esta debilidad de los aficionados. En 1998 en Francia, por ejemplo, el virus ZMK-J consiguió acceder a miles de ordenadores y borrar los datos de los discos duros.
Para llegar a los ordenadores este virus solo pedía a los aficionados que apostarán por el equipo ganador. En Corea del Sur en 2002, el virus Chick-F se propagó por correo electrónico y mensajes instantáneos, haciéndose pasar por una web que proporcionaba resultados actualizados de Corea y Japón.