Estas canciones no solo suenan por los altavoces de cualquier centro comercial, tienda, calle u hogar, sino que también son cantadas en otras partes del mundo: desde América Latina hasta Reino Unido, Australia e incluso Japón, estas melodías son interpretadas de diferentes maneras.
En su origen, en la Edad Media, estas alegres canciones no estaban relacionadas con la Navidad, la religión o el nacimiento de Jesús, sino que se trataba de divertidas composiciones que se cantaban en el mundo rural y cuyo fin era narrar los acontecimientos que habían sucedido en las villas y eran de interés para el pueblo.
Es decir, algo así como un informativo medieval. Y al ser cantadas por los habitantes de las villas, estas composiciones pasaron a conocerse como villancicos.
Su secreto está en las rimas sencillas y en las letras pegadizas, que pueden ser fácilmente memorizadas por cualquier persona. De ahí que se haya popularizado tan rápidamente: es una manera rápida y eficaz de llevar el espíritu de la Navidad a cualquier persona. Noemi Climent Buforn, International Communications Manager de Energy Sistem explica cómo se han adaptado estas melodías a lo largo del globo.