Son innegables las ventajas que ha aportado la tecnología WLAN a nuestra experiencia como usuarios. Inicialmente con la posibilidad de salir de nuestro puesto de trabajo a una sala de reuniones y disponer en directo de la información necesaria para nuestra conversación.
Si nos fijamos, los nuevos usos que damos a la tecnología, terminales táctiles, dispositivos IoT, aplicaciones en la nube, simplemente no serían realidad sin una red inalámbrica que los soportara.
Por una parte las redes de operador, basadas en 4G, se encuentran al límite de uso y despliegue, que más pronto que tarde migrarán a redes 5G buscando incrementar la capacidad de tráfico y usuarios por celda.
De otro lado, WLAN, tanto en su implementación residencial y empresarial ha crecido con ritmos de dos dígitos, y con desarrollos tecnológicos para atender diferentes necesidades. El futuro de WLAN es prometedor.
Mientras hoy tenemos soluciones 802.11ac Wave 2 que atiende gran cantidad de aplicaciones multimedia que maneja anchos de banda superiores a 1Gbps, se tendrá en el futuro 802.1ax y otros estándares del grupo de 802.11 que atienden diferentes necesidades, desde el manejo de un gran número de dispositivos IoT a bajas velocidades, como también atender gran capacidad de ancho de banda con el objeto de seguir la demanda de necesidades del mercado.
