Las altas temperaturas, la humedad, caídas o descuidos son los principales factores que ponen en peligro la vida de nuestro móvil.
Los expertos aseguran que el verano es la época del año en la que se genera cerca del 33 por ciento de las averías en los dispositivos móviles, por lo que es importante seguir una serie de consejos para evitar que tengamos que cambiar de teléfono en septiembre.
¡Nunca al sol!
Puesto que las altas temperaturas producen el 50 por ciento de los deterioros de los móviles, lo mejor es evitar el contacto directo con el sol. Ponlo a la sombra y no lo dejes a la vista, ya que, de esta forma lo protegerás del sol y de posibles robos. Recuerda: el coche tampoco es un lugar seguro para tu smartphone, ya que se calienta rápidamente y puede ser un imán para los ladrones.
Vístelo con funda
Usa funda o carcasa, además de darle un toque personal a tu teléfono, lo protege de la humedad, la arena, los arañazos y la rotura de pantalla por caídas. Estas últimas, son las principales causas de avería en los dispositivos y representan cerca del 70 por ciento de los fallos. Tampoco podemos olvidarnos del agua: utiliza tu dispositivo con las manos completamente secas, puesto que una simple gota puede estropearlo.
Si tu teléfono se moja, lo mejor es que le quites la carcasa, seques el exterior con una toalla y retires las tarjetas para permitir una mejor ventilación. Si el teléfono ha estado sumergido durante un largo periodo de tiempo, es importante que no lo pongas a cargar y le quites la batería, siempre que sea posible.
Deja que el móvil se seque de manera natural durante varios días sin exponerlo a la luz directa del sol o también puedes introducirlo en un recipiente con arroz y dejarlo entre uno y dos días. Evita secar el terminal con el secador ¡o en el microondas!.
