Con la llegada de las nuevas tecnologías el sector del videojuego ha evolucionado y cambiado en varios aspectos. Si echamos la vista atrás recordamos al videojugador con un perfil muy distinto al actual.
Los videojuegos se disfrutaban en un espacio privado, como pasatiempo y, normalmente, se jugaba de forma individual. En la actualidad el concepto de juego ha variado significativamente y el perfil del videojugador es distinto. Muchos jugadores se han convertido en usuarios sofisticados donde, en algunos casos, el uso de las redes sociales ha favorecido su salto a la fama.
Con la llegada de internet y la profesionalización del sector se han creado comunidades de videojugadores, como OC (OnlineChampion.com), que favorecen la competición entre distintos usuarios mediante el modo multijugador y la herramienta de “matchmaking”.
Esta evolución no sólo ha llegado al propio desarrollo del juego y al perfil del videojugador, sino también en su modelo de negocio. Una visión rápida al pasado nos muestra como en los inicios del sector, los beneficios se obtenían, principalmente, de la venta física del videojuego.
No obstante, al cabo de unos años, la introducción de internet en la vida cotidiana promocionó el desarrollo de plataformas web que permitieron, al sector del videojuego, alcanzar beneficios de otro modo: la obtención de privilegios especiales mediante la suscripción a cuotas mensuales Premium. Finalmente, a día de hoy, a pesar de que todavía queda mucho por desarrollar, los patrocinios y la publicidad en los videojuegos se han convertido en una nueva fuente de ingresos.