Todos sabemos que las reuniones cara a cara son la manera más natural y eficaz de comunicarse de forma remota. Sin embargo, cuando se trabaja para una multinacional con empleados que están dispersos por todo el mundo, las llamadas en vídeo son la mejor opción.
Como miembro de una generación nacida en la década de los 80 o 90, y de la llamada “Generación Selfie“, estoy acostumbrada a aparecer en vídeos. Y al contar con aplicaciones populares como SnapChat y WhatsApp, que se han convertido en otra forma habitual de comunicación, el vídeo es parte de mi vida cotidiana.
Sin embargo, desde mi primer día en el trabajo me di cuenta de que una videollamada en esta situación era muy diferente a estar en un encuentro casual con mis amigos. ¡No podía dejar de mirarme en la imagen de auto visualización! ¿Cómo me veo? ¿Cómo reaccionaban las personas a lo que yo iba diciendo? ¿Parecía profesional?.
Ya ha transcurrido un tiempo y ya trabajo en remoto, soy una ‘trabajadora móvil’. Trabajo en nuestras oficinas centrales, desde mi oficina en casa, en cafeterías, o de vez en cuando en el vestíbulo de un hotel durante un pequeño descanso en una conferencia. Incluso con todos los beneficios que ofrece el trabajo flexible y las videoconferencias, puede ser muy fácil echarlo todo a perder.
Sobre la marcha he ido recopilando algunos consejos rápidos y fáciles para preparar una videollamada con la que sentirse cómodo, confiado y, sobre todo, parecer un interlocutor profesional.