¿Hay que virtualizarlo todo? Los riesgos del cloud

app-iosA día de hoy, la mayor parte de las empresas ven en la virtualización múltiples ventajas, aunque no todo el mundo le puede sacar el máximo partido, y en algunos casos, no es la solución idónea. O al menos, no por ahora.

Las aplicaciones y la virtualización van evolucionando juntas, pero aún les queda un largo y emocionante camino.

La virtualización de un servidor, lo que se conoce por cloud computing, permite pagar únicamente por los recursos utilizados, y para ello es necesario llevar una gestión continua de los mismos y poder controlar así, de manera eficiente, su gasto.

La virtualización sigue estando implementada sobre los recursos físicos de un servidor que se configuran de forma inteligente para aprovechar al máximo el rendimiento, dinamizar tiempos de provisión y utilizar máquinas virtuales únicamente durante unas horas.

El ejemplo más ilustrativo es una página web que en momentos puntuales aumenta sus visitas en un número muy superior al habitual como puede ser en Navidad, verano, una noche… y necesita el doble de frontales para soportar todas las peticiones. Gestionar recursos virtualizados permite levantar máquinas de forma mucho más rápida y para un uso determinad o. Hasta ahí, todo bien.

QUÉ NO DEBERÍA ESTAR EN EL CLOUD

Mediante una plataforma robusta, la configuración de máquinas virtuales puede ajustarse al máximo a las necesidades del cliente, pero ¿a todas? Si una compañía ha desarrollado un software que hace uso intensivo de CPU, como podría ser aplicaciones de investigación que requieran mucho de ese recurso.


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