Los responsables de la plataforma española MassyPhone, que ha abierto las puertas de WhatsApp al mundo del marketing, permitiendo por vez primera en el mundo el uso de esta popular aplicación por parte de las empresas.
Este aboga por las múltiples ventajas que la mensajería instantánea está suponiendo para los más de 300 millones de usuarios activos con los que se calcula que cuenta la aplicación, que se intercambian a diario cerca de 10.000 millones de mensajes: cercanía, integración, cotidianidad, sentimiento de pertenencia al grupo.
Lejos de esos vaticinios agoreros, de quienes denigran las nuevas tecnologías y les atribuyen un carácter aislante para el ser humano, los responsables de esta plataforma española resaltan que este medio de comunicación “nos está haciendo, en realidad, más sociables; está logrando que reforcemos nuestros vínculos afectivos, y no sólo con los amigos o conocidos, sino incluso con nuestra propia familia, a la que tenemos más cerca que nunca”, argumenta Marina Assir, cofundadora de MassyPhone, quien asegura que, según las previsiones de su compañía, sólo en España se van a rondar los 40 millones de usuarios de Whatsapp en los próximos dos años.
Se trata de una realidad a la que se suman día a día personas de mayor edad, y a la que también se incorporan cada vez antes los más pequeños. Y es que la mensajería instantánea, explican los creadores de MassyPhone, nos permite relacionarnos de mejor manera o con mayor intensidad con conocidos a los que no vemos tan habitualmente, con personas de otras edades con las que antes no conversábamos tan asiduamente de aspectos cotidianos o con aquellos que son de naturaleza poco comunicativa, y de los que apenas sabíamos hasta que forzábamos un encuentro o una conversación telefónica. “Porque además, WhatsApp cuenta con otra ventaja: es un canal que no obliga a participar a cada momento, mientras que sí que nos permite saber lo que sucede entre las personas que nos importan”, continúa Marina Assir. “Un comentario abre la puerta de una conversación, y es quien uno decide si la cruza o no: contesta cuando puede, cuando quiere o cuando le interesa el tema. Si no, no. Y no pasa nada”.
