Desde hace algunos años hay una tendencia a la digitalización y modernización en los procesos de manufactura, vertical denominada como la industria 4.0, que incluye la promesa de una nueva revolución industrial que transforme la historia de la manufactura.
Esto implica que el mundo digital se encuentra en constante crecimiento a través de las áreas de TI y comunicaciones, con el fin de trabajar en conjunto para transformar los procesos industriales tradicionales y modificar las diversas áreas productivas, haciendo más flexible la producción, el flujo de información y coordinan la distribución, y el proceso de posventa, todo ello con menores costos de operación.
Dada la creciente adopción de Internet of Things comúnmente conocida como IoT y de la movilidad en las empresas, hace que las compañías reconsideren la fiabilidad y seguridad de su infraestructura de red, que se está viendo sometida a soportar la utilización creciente por sus empleados de sus aplicaciones y dispositivos móviles en los centros de trabajo y la adopción de IoT en los diferentes departamentos.
De acuerdo con un informe del último año de Gartner, se prevé que en 2020 estén operativos más de 20,800 millones de dispositivos, dada que esta combinación de movilidad e IoT crea la necesidad de que las redes proporcionen mayor robustez, seguridad, cobertura inalámbrica y prestaciones, y tengan la capacidad de transportar tráfico de IoT y por supuesto conlleve a una revolución en ejes como la producción industrial.