Veamos un caso de la vida cotidiana que ejemplifica a la perfección este cambio: las facturas de servicios. Tiempo atrás, el proceso por el cual un resumen de tarjeta se emitía, imprimía y distribuía a cada cliente podía llevar días y hasta semanas.
Sumado a esto, el banco no tenía forma de confirmar si el envío había llegado a la persona correcta y ni hablar si ese sobre por algún motivo no podía entregarse y debía al origen.
¿Y qué decir de los gastos asociados a dicho proceso? Impresión de facturas, estampillado y distribución vía correo tradicional. Extrapolemos este ejemplo al resto de compañías que diariamente envían facturas, avisos de corte de suministro, y demás correspondencias.
¡Cuánto dinero, tiempo y esfuerzo podrían ahorrar si solo digitalizarán sus sistemas! Y este el es cambio de paradigma del cual hablamos, que hace más eficiente a las empresas y facilita este tipo de envíos, reemplazando el correo tradicional por el Email Transaccional.