La primera gran noticia del año en el sector tecnológico ha sido la compra, hace escasos días, de WhatsApp por parte de Facebook por un valor de unos 19.000 millones de dólares (contando las compensaciones a los empleados y socios de la primera).
“Ha sido una sorpresa para mucha gente, sobre todo porque el equipo de WhatsApp siempre ha hecho hincapié en su “independentismo”, y ha estado negando rumores de venta durante mucho tiempo”, comenta Marina Assir, fundadora de MassyPhone.
“Además, las políticas de empresa son completamente distintas: Facebook se mueve por la publicidad, mientras que en WhatsApp han renegado de ello cada vez que ha tenido oportunidad. Así que la principal incógnita es cómo la empresa de Zuckerberg vaya a rentabilizar esta inversión, aunque ya valga más, como él mismo ha dicho”.
Para esta emprendedora, que ha puesto en marcha la primera plataforma que permite el envío de mensajes de marketing a través de la popular aplicación, “no hay duda de que la dirección de Facebook tiene planes para conseguir beneficios, porque hacer tal desembolso sólo “para ver que pasa” no es propio de una empresa que sabe muy bien lo que hace”.
Aunque desde el primer momento los responsables de ambas enseñas han insistido en que la trayectoria de WhatsApp va a mantener el mismo rumbo que hasta el momento –incluyendo el reciente anuncio de la futura implementación de las llamadas de voz–, el ejemplo de Instagram da lugar a dudas.