La consola Nintendo ds, hace algunos años, vio cómo aumentaba el catálogo de oportunidades disponibles para introducir archivos no firmados en la máquina.
Las tarjetas Flash se multiplicaron y se convirtieron en el accesorio de moda, usadas en algunos casos para bien y en otros para mal, dependiendo del punto de vista de cada uno de los usuarios.
Entre los muchos modelos comercializados destacó el M3i zero, que se convirtió rápidamente en uno de los más exitosos entre usuarios de todo el mundo.
Su creación fue obra del equipo Team M3, muy reconocido en el sector de los hacks para la consola portátil Nintendo DS.
Esta Flashcard disponía de un sistema salvavidas que permitía interactuar con la tarjeta de manera externa a la consola en caso de que el usuario sufriera algún problema con las múltiples actualizaciones que Nintendo iba realizando.
La tecnología de la M3i Zero se ha expandido y ya suena también como una garantía para la actual generación de consolas portátiles de Nintendo: la 3DS. Aunque de momento se trata de un proyecto a medio camino.
Las características de M3i Zero van mucho más allá de lo simplemente relacionado con la carga de roms de juegos. Para entender las infinitas posibilidades de las Flash cards hay que mirar un poco más allá y entender que son accesorios mucho más flexibles que esto.
Por ejemplo, se llegan incluso a introducir características que podrían servir de inspiración a la propia Nintendo en el futuro. Una de ellas es la posibilidad de cargar archivos .txt mientras se está jugando, lo que resulta de gran utilidad si se quiere grabar la guía del juego y acceder a ella cuando nos quedemos atascados.
De la misma manera, se pueden usar trucos y modificadores, guardar partidas con una mayor flexibilidad respecto a la básica o incluso reproducir archivos musicales en formatos del estilo de MP3.
Este tipo de Flashcards han sido muy polémicas por no encontrarse un punto medio en cuanto a su utilización. Hay personas que las han exprimido completamente a modo de tarjeta para cargar roms de juegos descargados, no teniendo en cuenta posteriormente su adquisición en formato completo.
Esta práctica, utilizada de manera constante, ha terminado siendo muy perjudicial para el sector, reduciéndose en gran medida la tasa de juegos vendidos y por ende, los ingresos de los desarrolladores. Y sin desarrolladores cobrando, se ha reducido también la cantidad de juegos disponibles en la consola.
Otros usuarios han sido más responsables en cuanto a la supervivencia del mercado y han aprovechado la Flashcard M3i Zero de manera más comedida. En muchos casos, se prueban los juegos 24 horas y, de gustar, se compran en sus versiones originales, como si fuera un alquiler del producto o un préstamo por parte de otro usuario.
Las Flashcards también se han usado como método de transporte de juegos comprados previamente en sus versiones originales. Por otro lado, no hay que restar importancia a la comodidad de transportar todos los juegos dentro de una sola tarjeta, algo que es recomendable sobre todo para viajes y desplazamientos largos.
Hay muchos puntos de vista sobre la utilización de estas tarjetas flash. Y, de utilizarlas, es conveniente hacerlo de manera que saquemos provecho a sus beneficios sin afectar a partes del mercado que son relevantes. Todo, de manera controlada, puede resultar beneficioso para el sector de los videojuegos.
