En otros países de la Unión Europea, como Alemania o Dinamarca, más del 50% de su industria es consumidora directa de energía eléctrica.
Algo posible en España desde la liberalización del mercado, en 1999, que permite a los consumidores de una cierta potencia comprar directamente su propia electricidad, sin intermediarios. «Pero claro, son esos mismos intermediarios, los que obtienen pingües beneficios de tal reventa, quienes se encargan de que el sistema no sea conocido», explica Bautista González, cofundador de Yoiba Energy.
Esta consultoría energética explica en seis breves pasos cómo puede proceder cualquier empresa, negocio o colectivo para lograrlo:
Paso 1: querer ahorrar en la factura eléctrica, sin gastar un solo euro y sin instalar aparato alguno.
«Ojo, hablamos de ahorros de entre un 6 y un 15% de la factura mensual de la compañía», explica el cofundador de Yoiba. «La media de ahorro de nuestros clientes está en el 9-10% sobre facturas mensuales altas, cantidad muy a tener en cuenta en el balance».
Paso 2: asegurarse de que la tarifa eléctrica contratada sea igual o superior a 3.0; y que el abonado tenga un consumo mínimo de 5.000 € al mes.
Paso 3: comprobar que el contador eléctrico es de telemedida; esto es, que discierne hora a hora el consumo, y éste es consultable a distancia. El 85% de las industrias españolas lo tienen, pero de no ser así su coste es ínfimo, rondando los 200 € si se adquiere y los 5 €/mes si se alquila.
Paso 4: solicitar a Red Eléctrica Española, al OMIE (único mercado autorizado por ley) y al Ministerio de Industria el darse de alta como consumidor directo.
Paso 5: Satisfacer las garantías que dichos organismos tienen legalmente establecidas, y que vienen a coincidir económicamente hablando con un mes de consumo eléctrico.
Paso 6: empezar a comprar directamente en el mercado eléctrico, y cada día, la energía necesaria y ahorrar, beneficiándose de un sistema común en Europa y entre grandes empresas: Mercadona, Telefónica, Adif y Renfe, El Corte Inglés o la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, entre otros.
