La dificultad para limitar el espacio operativo de los atacantes es el mayor reto al que se enfrentan las organizaciones y la mayor amenaza para sostener su transformación digital.
Así se desprende del Informe Semestral de Ciber-seguridad 2016 de Cisco, que destaca también la incapacidad de las organizaciones para hacer frente a futuras cepas de ransomware más sofisticado, el mayor foco en los ataques a la infraestructura servidor, la continua evolución de los métodos de ataque y el creciente uso de tráfico cifrado para ocultar su actividad.
Esta incapacidad se debe principalmente al amplio margen de actuación de los adversarios resultado de una frágil infraestructura, redes infectadas y un lento ratio de detección.
En este sentido, la escasa visibilidad a lo largo de la red y de los terminales es un grave problema; de media, las organizaciones tardan hasta 200 días en identificar nuevas amenazas.
Una detección más rápida de las amenazas es algo esencial para limitar el espacio operativo de los atacantes y minimizar el daño derivado de las intrusiones.